ESP.
Mi primer solo show en Madrid fue una declaración de intenciones: nueve retratos hiperrealistas que no solo te miran, sino que te atraviesan. *“Mírame a los Ojos”* fue más que una exposición: fue un espacio emocional donde la pintura, el cante, el baile y la guitarra flamenca se entrelazaron en una experiencia sensorial y espiritual.

Cada obra al óleo capturaba la intensidad de una emoción desnuda. La performance inaugural, con repertorio flamenco cuidadosamente seleccionado, iluminó la galería con un ambiente vibrante, cálido y pasional. Las letras tradicionales dialogaban con la mirada de los retratados, creando un puente entre el arte visual y la raíz sonora de mi identidad.

Me acompañaron en escena el guitarrista **Mario Calderón** y la bailaora **Ana Rebolo**, cuya presencia aportó fuerza, belleza y duende a cada instante vivido.

Cerramos el ciclo con una charla-coloquio íntima donde compartí mi proceso de creación, profundamente ligado a un camino espiritual de autoconocimiento. Este evento marcó un momento clave en mi carrera profesional, ya que por primera vez pude dar visibilidad a la unión de estas dos artes en conjunto, haciendo una alquimia en la sala —y dentro de mí— para vislumbrar la riqueza que guarda mi interior. Un regalo para quienes lo pudieron sentir y disfrutar.